Esta exposición, que se presenta como la idea de un museo, en consecuencia una ficción, dividido en categorías taxonómicas —órdenes— las cuales simultáneamente sustentan pero también interrogan este régimen de clasificaciones, se ubica dentro de un amplio universo de coordenadas referenciales que trasciende el gesto de Broodthaers. Sin embargo, también opera dentro del registro conceptual articulado por el artista, en particular en lo que se refiere a las tensiones entre el arte y el mercado.